Aunque la finalidad principal de la entidad no deja
de ser la defensa de los intereses (principalmente económicos) de los
autores y compositores en forma de recaudación de “cánones” (algo
bastante antipático en general), lo cierto es que los compositores, pese
a su innegable papel fundamental, acostumbran a ser los grandes
desconocidos del sector e ignorados por el público.
¿Acaso alguien cree que la mayoría de las canciones
de mayor “impacto” son (con independencia de lo que figure en los
“créditos” de los discos) ‘creaciones’ o composiciones de los “pocholos”
y “pocholas” que las cantan y bailan?
Desde Catoliscopio, mandamos un enorme abrazo a
todos los compositores católicos, y les deseamos que Dios los siga
bendiciendo con ese don de la composición para que nos sigan deleitando
con su exquisita música, y que bendiga también a sus familias.
Sigan con ese animo de alabar a Dios y con esa alegría que caracteriza a la música católica.
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